El Tetradracma de Atenas - Moruzzi Numismatica - Monedas, medallas y papel moneda en Roma

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El Tetradracma de Atenas

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La lechuza

La llamada "lechuza" fue una moneda de plata del peso de unos 16,5 gramos, acuñada  en la casa de la moneda ateniense a partir del final del siglo VI a. C. se presenta al derecho la cabeza de la diosa Atenea mirando hacia la derecha, revestida por un yelmo crestado, que en las series más modernas se presenta coronada de olivos, y adornada por un pendiente de botón. Sobre el reverso, dentro de un cuadrado hundido es representado en cambio el tipo que ha dado el nombre a la moneda:  una lechuza, animal sagrado en Atenas, de pie con las alas cerradas, con la cabeza delante y el cuerpo de vez en cuando girado a la derecha o bien a la izquierda; es acompañada por el nombre de la ciudad en forma corta y  de una-rama de olivo en la esquina superior izquierda del campo monedal junto con un pequeño creciente. La iconografía de esta moneda  se mantuvo prácticamente sin modificaciones en el tiempo, como suele ocurrir con las monedas de amplia circulación debido a la estabilidad del tipo y el peso que son una garantía de fiabilidad y trazabilidad. La "lechuza", considerada confiable por la bondad de su metal, (el título de plata contenida en la dracma ateniense quedó inalterado por casi cuatro siglos), fue aceptada en cualquier lugar dentro del territorio  de la influencia ateniense, pero incluso más allá de estas fronteras, extendiendose así en la cuenca oriental del Mediterráneo, el mar Egeo, Asia menor y en la Península Arábiga.
El descubrimiento de las ricas minas de plata del Laurion situado en la región del Ática no lejos de Atenas, permitió de poder acuñar una cantidad realmente extraordinaria de estos tetradracmas, cuya producción alcanzó su ápice durante el gobierno de Péricles en las décadas entre el 450 y el 430 A.C.  Del resto el aumento de la  producción de las "lechuzas" se justifica a la luz del "decreto monetario" que, publicado por Atenas aproximadamente alrededor de la mitad del V siglo A.C. (La fecha todavía se discute), prohibió la acuñación autónoma de monedas de parte de las ciudades aliadas del imperio y dispuso la unificación de pesos y medidas mediante el establecimiento de un sistema monetario unitario. La moneda ateniense fue también ampliamente imitada, especialmente en Egipto, tanto que en el III A.C. para cerciorarse de la autenticidad de las monedas circulantes se tuvo que recurrir a la institución de la figura del público ensayador. Hay que decir para ser justos, que algunas fuentes señalan que durante la guerra del Peloponeso para superar la crisis económica el mismo estado emitió monedas falsas o suberatas, (sólo recubiertas de plata).

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