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El marengo

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El Marengo, o Napoleón, es una moneda de oro de valor de 20 francos acuñada en 1801 por la República Subalpina para celebrar la victoria de Napoleón Bonaparte contra los  austríacos el 14 de junio del año 1800. Este tipo de moneda fue producida desde 1803 y en el 1815, con un peso de 6.45 gramos y un título de oro de 900 milésimos. Las monedas llevaban la efigie de Napoleón Bonaparte, en un principio como primer cónsul y sucesivamente como emperador de los franceses. Después de la caída de Napoleón, la producción de monedas del mismo tipo continuó y el nombre se extendió a todas las monedas de 20 francos de oro producidas en Francia en el siglo XIX. Tras el establecimiento de la Unión Monetaria Latina, el nombre de Marengo se extendió a las otras monedas de la unión con el mismo valor, entre ellas las 20 liras italianas. La unión Monetaria latina ha sido un intento del siglo XIX de permitir la libre circulación de más monedas europeas dentro de los estados miembros, al tiempo en que el valor de las monedas fue dado por la cantidad de metal precioso en ellas contenido. El acuerdo europeo se basó esencialmente en el sistema monetario francés. En Francia, a causa de la Revolución francesa, se había creado el nuevo sistema monetario, dicho franco germinal (franco francés), de las leyes del 18 germinales del año III, (7 de abril1795) y 7 germinales del año XI, (27 de marzo1803), que utilizó un sistema decimal, (1 franco = 100 céntesimos), un sistema monetario bimetálico en el que tuvieron curso legal tanto el oro como la plata. El curso legal del franco proporcionaba una relación entre los metales oro y plata igual a 15,5 aproximadamente, es decir un franco valió 4,5 gramos de plata pura o 0,29025 gramos de oro. La coexistencia de los dos estándares monetarios, oro y plata, sentó las bases para una potencial fuente de inestabilidad. El sistema del franco  germinal se basó en la hipótesis de invariancia relativa de los precios del oro y la plata y supuso que los volúmenes, las condiciones y los costos de producción de los dos metales se.mantuvieran estables. Dadas las circunstancias, una crisis de tal sistema habría sido posible en cualquier momento. Presidida por Félix Esquirou de Parieu, la Unión Monetaria Latina" fue firmada el 23 de diciembre1865.  La convención fijó como principios: - La unificación monetaria:  cada estado firmante se vio obligado a acuñar monedas de acuerdo a las normas establecidas, pero podría seguir denominando la propia moneda con el nombre, que tenía en precedencia. - El bimetalismo integral: la acuñación de oro y  plata era libre y el poder liberador era ilimitado. Cada ciudadano estaba obligado a aceptar, sin limitación, las monedas de oro y plata de 5 francos acuñadas en el respeto del acuerdo de la unión; además las monedas de cada estado eran de curso legal en la unión, (con una cobertura para las monedas divisionales de plata). El éxito de la Unión monetaria latina, medida en base al  número de países que adoptaron el sistema, (32), sentó las bases para un sistema monetario internacional. Los Países signatarios  fueron Francia (1865), Bélgica (1865), Italia (1865), Suiza (1865) y Grecia (1868); los países asociados con acuerdos bilaterales fueron Austria-Hungría, Suecia, Rusia, Finlandia, Rumania, España, el Estado Pontificio, San Marino, Liechtenstein, Mónaco y Creta. Los países alineados unilateralmente fueron Serbia, Bulgaria, Venezuela,  Perú, República dominicana, Haití, las Indias occidentales danesas, Argentina,  Brasil y Chile. Además hubieron también los países bajo el estatuto colonial como Túnez, Comoras, Congo, Puerto Rico y Eritrea. También los Estados Unidos pensaban entrar a formar parte de la Unión Monetaria latina en el 1873 pero el Congreso decidió al final de mantener la propia relación entre oro y la plata a 16 contra el 15,5 de la unión. El funcionamiento de la unión fue intrínsecamente débil por dos problemas:  la oscilación de la unión relativa de los dos metales, que se suponía inicialmente estable y la fluctuación de los cambios. El cambio de las relaciones entre los metales hizo imposible seguir acuñando monedas. Después de la primera guerra mundial la situación era insostenible, dado que para respetar el tratado no se podía acuñar monedas. A finales de 1925 Bélgica denunció por primera, esta situación y la Convención, que tuvo en el marengo y en el escudo de cinco francos las monedas más representativas y ya no más acuñadas, se disolvió formalmente el 1 de enero de 1927.

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